En este trabajo salen a flote mis estudios en Diseño Gráfico.
Mediante un sistema conformado por tres partes se muestra el proceso del amor. Dos personas solitarias, frías, son representadas mediante cubos de hielo.
Encuentro
En la primera escena todo es frío, por lo que utilicé tonos oscuros grises y azulados. Una ola guiada por el destino hace chocar estos dos bloques perdidos en el azar, creando un primer encuentro, el chispazo inicial en medio de un cielo tormentoso sobre la agitación del agua. La chispa es lo único que posee colores cálidos.
Pasión
En la segunda etapa el fuego consume a los bloques, derritiendo el hielo para fundirlos difuminando los límites que separan a uno del otro. Los tonos cálidos comienzan a tomar lugar, iluminando el frío glacial y sus alrededores. El mar embravecido por la pasión cargado con muchas más olas fuera de control, presenta colores más cálidos en la gama de los violetas. El cielo crea un aspecto indescifrable con pizcas de colorado. Una de las olas parece unirse a las llamas de la fogata. Es el cuadro que posee más fuerza visual de los tres.
Amor
En el último dibujo los cubos de hielo se han unido para conformar uno solo, fundiendo sus almas en un corazón representativo del amor. El agua es de un rojo fuerte y calmo; sólo las salpicaduras a ambos lados de la figura que parece caer fuertemente al mar hacia lo más profundo, irrumpen la quietud de la escena, simulando un par de alas que rodean al corazón. Este último ya no posee tonos celestes; un llamativo colorado destella de su centro en la calidez del amor. Un cielo amarillo transmite la tranquilidad del ambiente. Aquí predominan los colores cálidos.
Proceso
Para la primera escena tuve que explorar diferentes formas de tratamiento, ninguna me convencía. Elegí la última, pero al realizar las otras dos etapas noté que el sistema no cerraba del todo. Entonces volví a realizarlo teniendo en cuenta lo que quería cambiar y logré muy conforme el resultado final. Hice un poco de investigación de imágenes para capturar la esencia de los cubos de hielo y la forma de la chispa, incluso un poco del recorrido de las olas.
Lo que me costaba más era marcar una separación entre las chispas y el hielo para que no se perdieran en el todo. Me pasó con todos, pero principalmente con éste; fue un desafío conseguirlo, ya que el centro de chispazo debía ser de un blanco cegador asemejándose al color transparente de los cubos. Estos últimos me quedaban muy oscuros y el cielo no me convencía, pero me gustaba cómo quedaba el agua.
En éste los cubos acabaron muy celestes en un intento de separarlos de las chispas, perdiendo su esencia, como así también la transparencia. Los tonos tan desaturados del conjunto no me convencían. Lo admito, a veces pierdo la paciencia y apretar suave el lápiz es lo más sencillo.
Por último, éste me gustaba, pero los cubos de hielo eran más grandes y los colores seguían siendo más claros y desgastados que el resto. Me agradaba la forma del chispazo, pero la envoltura del agua no me convencía para nada.
Variaciones
Como hago usualmente, probé invertir los colores de cada uno para encontrar nuevas sensaciones. Los tonos verdes y naranjas crean un efecto de rareza y excentricidad. Me gustan las llamas del fuego azul. Mi favorito es el último, donde el corazón parece una joya negra similar a un ópalo, y me hace recordar a un amor oscuro.
Sistema original:
También tenía pensado realizar otro sistema con esta ideología, ya lo tengo bocetado pero debo ponerlo en marcha. Hay tantos proyectos que tengo en espera, que no estoy segura de cuando voy a realizar ese, pero en cuanto lo haga, lo estaré publicando.