lunes, 26 de agosto de 2013

Retrato de Daemon y Katy

Ayer acabé un retrato en el cual trabajé durante varios días y fue triste tener que terminarlo, pues me encantó pintarlo. Me inspiré en los personajes principales (Daemon y Katy) de uno de mis libros favoritos: "Obsidian", cuya portada se aprecia a continuación.







Se trata del primer libro de la saga "Lux" de la autora Jennifer L. Armentrout, saga que amé y que recomiendo infinitamente. El día de mañana se publicará el cuarto libro: "Origin" y no puedo esperar para leerlo. Asimismo, la autora tiene muy buenos libros; también me gustó mucho la saga "Covenant", pero la saga "Lux" es mi preferida y me encantan los protagonistas. Misterio, acción, comedia y romance conforman un combo perfecto.


Ahora, en cuanto al retrato, lo primero que pinté fue la piel y luego tuve un período de descanso debido a un resfrío. Debo admitir que el cabello "me sacó canas verdes", pero con muuucha paciencia logré el resultado que buscaba, aunque estuve entretenida con ello por varios días.
El cielo me resultó lo más sencillo, pero el agua es una cuestión muy diferente. Siempre es lo que me cuesta más, al igual que las manos. Pero con esfuerzo quedó bien.
Lo último fueron los ojos, los cuales sabía que serían el cierre final y en verdad no quería terminar porque disfruté mucho pintar este retrato. Buscaba conseguir ese brillo innatural y hermoso en los ojos... y estoy contenta por el resultado final.


En unos días estaré subiendo el proceso completo, los pasos desde que inicié este retrato hasta que lo terminé. Unos pocos nada más, y una referencia al libro citado.


Agustina Zanelli

domingo, 11 de agosto de 2013

Paisaje azul

Este dibujo está representado con tonos opuestos al anterior, una amplia gama de azules. El atardecer se convirtió en una noche que hace sospechar, pues los colores más claros dan la apariencia de calma y tranquilidad... pero el cielo superior parece revelar una tormenta agresiva y peligrosa.
La Luna aparece brillando como si se tratase de la misma manzana, o más bien de su parte derecha.
Un cálido resplandor blanco baña las ramas y hojas del árbol, serenando la noche.
El resultado del agua me gusta más y sus colores plasman una gama delicada y tranquilizante.





miércoles, 7 de agosto de 2013

Fulgor


En esta pintura visualicé como centro una manzana que se mezcla y toma la forma del Sol, absorbiendo su luminosidad y convirtiéndose ambos en uno.
Los tonos cálidos se apropian del paisaje, captando la esencia de este centro para desplegarse en una gama de amarillos, naranjas y rojos, en un juego de luces y sombras.
El Sol proporciona un matiz ocre a las hojas y ramas del árbol del cual cuelga el fruto, proyectando sombras coloradas propias del momento que podría ser un amanecer o un ocaso, según la interpretación de quien lo observe. Desde mi punto de vista personal, se trata del crepúsculo.
Asimismo, la luz se proyecta en el apaciguado río teñido de dorado, que transmite un sentimiento de tranquilidad propio del agua, que se vuelca en la totalidad del paisaje gracias a los tonos cálidos utilizados.








Tengo que admitir que el agua es algo que siempre me costó, pero estoy conforme con el resultado final.
A continuación se puede observar el fuerte contraste entre mis dos últimas obras que representan lo opuesto: la oscuridad y la luz.







En los próximos días estaré publicando este mismo trabajo en una versión de tonalidades frías que crea un efecto muy diferente...


jueves, 1 de agosto de 2013

Tinieblas

 Nuevo dibujo representando la oscuridad y la desolación en una inspirada intersección entre las ramas negras, despojadas y punzantes fundiéndose con un cielo tormentoso.




Y luego aquí hice una inversión de los tonos para que el árbol sea blanco, creando un efecto diferente.


Por último, añadí una mayor saturación al original para crear aún más impacto.


Lo admito, me encontraba en un día gris, pero me inspiré viendo una imagen (como usualmente me sucede) y le puse un gran empeño como si dejara salir una gran fuerza dentro de mí, liberándome.
Trabajé bastante para lograr la forma corta del tronco y las ramas divididas en dos grandes grupos, justo como lo imaginé.
Si bien parece estar pintado en blanco y negro, añadí algunos toques de color para obtener más dramatismo.
Puedo decir que estoy satisfecha con el resultado final.

La interpretación de esta pintura depende de quien la mire y puede tener más de un significado, inclusive diferente a mi punto de vista, y eso es lo maravilloso del arte, que es subjetivo porque depende del sujeto que analice la obra.

Pero todo tiene su opuesto, no hay oscuridad sin luz. Así que en estos días estaré publicando un nuevo trabajo que representa lo contrario a éste:
Luz